miércoles, 11 de mayo de 2016

George de La Tour en el museo del Prado.


Santos, míseros y tramposos

Recorrer las salas del museo del Prado siempre es un placer y se trata de una de esas actividades que proporcionan una satisfacción progresiva a medida que aumenta la frecuencia de su práctica.  En una de las paredes del Liceo de Barcelona está la siguiente inscripción: “la música es el único placer del cual no puede el vicio abusar”; esta misma filosofía es aplicable al deleite que ofrece el arte.
El museo del Prado dedica una exposición temporal al pintor francés George de La Tour que merece ser disfrutada con lentitud. Se trata de un artista francés del siglo XVII que, aunque vivió de su pintura y lo hizo con bastante holgura, cayó en el olvido hasta que a comienzos del siglo pasado el historiador de arte alemán Hermann Voss rescató su trabajo; desde 1915 está considerado como una figura relevante en la nómina del arte francés. Según los estudiosos, el artista no fue muy prolífico fijándose en unas 40 las obras atribuidas a su mano. El museo del Prado ha reunido 31 de esas pinturas, por lo tanto la exposición constituye una buena oportunidad para disfrutar del trabajo de un pintor no muy conocido.

Una buena parte de los cuadros responde a temática religiosa. Es muy amplia la representación de santos, especialmente de San Jerónimo con iconografías tanto de asceta penitente como de doctor de la Iglesia. En esta última acepción es en la que aparece el santo en este cuadro.
San Jerónimo leyendo.
Además de la calidad artística, lo interesante de esta obra es la utilización de las gafas para leer. En el proceso de envejecimiento, el ser humano pierde vista y este hecho, hoy muy superado por la tecnología, constituía una limitación importante en la vida del hombre. No fue hasta el siglo XIII cuando unos monjes italianos fabricaron las primeras lentes, poniendo las bases de lo que fue una innovación tecnológica de hondo calado para la humanidad. Como puede observarse en la pintura, las gafas se utilizaban a modo de lupa para aumentar el tamaño de la letra y permitir la lectura. Tuvieron que pasar varios siglos hasta que comenzaron a construirse gafas que, apoyadas en la nariz, dejaban las dos manos libres al lector, por lo que su esfuerzo era menor y mayor su eficiencia.

Job y su mujer.

También en el capítulo de santos, me resulta conmovedor observar la imagen del santo Job mientras es recriminado por su esposa. El tamaño de la figura femenina y su posición de dominio frente a Job, mísero y enfermo, así como la humilde teja presente en el ángulo inferior nos ilustra sobre la vida de este santo. Según la doctrina de la Iglesia Católica, Job aceptó con resignación la pérdida de toda su riqueza (recuérdese que era un hombre inmensamente rico), la muerte de sus hijos y la enfermedad (la teja era el instrumento con el que se rascaba la piel ante los picores de la sarna), aguantando asimismo las recriminaciones de su mujer por la paciencia que mostraba ante las pruebas divinas.

La historia de este santo está incorporada al lenguaje corriente. No resulta ajeno para los hablantes españoles la expresión común “más paciencia que el santo Job” que, aunque cada día más infrecuente, sigue estando vigente para identificar el grado con el que se soportan las contrariedades o adversidades en las distintas esferas de la vida.

El hecho de que buena parte de la producción de Georges de La Tour tuviera ese sesgo religioso se explica porque su clientela, esencialmente la burguesía local, era católica. Al hilo de esta consideración, pensé que tendría sentido comprobar el mapa religioso en la Europa de hoy. Los datos del cuadro 1 evidencian que casi las tres cuartas partes de la población europea se definen como cristianas y un 20 por ciento se declara sin adscripción religiosa alguna. También es interesante destacar que el grupo musulmán representa el 6 por 100 del total y las restantes religiones tienen escasa relevancia.

Ahora bien, en las proyecciones para dentro de casi tres décadas se perciben cambios relevantes. Aunque los cristianos seguirán siendo el grupo más importante, está previsto que experimentarán un descenso significativo, casi paralelo a la disminución de la población total. Por otro lado, aumentará la población europea  sin afiliación religiosa, mientras que tanto los musulmanes como los hindúes o los budistas duplicarán su peso en el total. Ahora bien, la importancia de unos y otros no es la misma; los musulmanes van a representar casi un cuarto de la población europea mientras los otros colectivos no alcanzarán el 1 por 100. Estos cambios en el panorama religioso europeo previsto para la mitad del presente siglo están directamente relacionados con la dinámica demográfica y los flujos migratorios  que llegarán a Europa procedentes de países donde esas religiones son las dominantes.

 Cuadro 1.- Las religiones en Europa: datos de 2010 y proyecciones para 2050.


 

2010

%

2050

%

Cristianos

553,3

74,5

454,1

65,2

Sin adscripción

139,9

18,8

162,3

23,3

Musulmanes

43,5

5,9

70,9

10,2

Judíos

1,4

0,2

1,2

0,2

Hindúes

1,4

0,2

2,7

0,4

Budistas

1,4

0,2

2,5

0,4

Otros

1,7

0,2

2,6

0,4

Total

742,6

100

696,3

100
Fuente: Pew Research Center.

Fiel al viejo hábito de establecer ordenaciones, en las obras de George de La Tour abrí la clasificación de “desheredados”. El pintor nos legó una interesante galería de personajes de su época que vivían en la miseria.
Mujer espulgándose.
Si Mujer espulgándose nos sobrecoge al observar a esta mujer en una escena tan íntima luchando contra una de las manifestaciones de la pobreza, Viejos comiendo guisantes nos remite directamente al hambre y al impacto en la vida de estos dos ancianos (la fisonomía de los ancianos delata los efectos de la malnutrición y sería un motivo interesante de análisis médico).
 
 
Viejos comiendo guisantes.
 
 
Además, el pintor nos dejó varios cuadros cuyo motivo es la pobreza originada por la ceguera. No puede olvidarse que en una sociedad poco desarrollada y basada en el trabajo corporal, la falta de visión conducía a la miseria a los que la padecían. Los cuadros de músicos ciegos nos narran con rotundidad la falta de oportunidades de esos hombres condenados a la marginalidad que encontraban en la música la única oportunidad para saciar las necesidades más primitivas.

Ante las pinturas de estos seres humanos condenados a la pobreza, busqué aproximarme a la realidad actual en la Europa del siglo XXI. En los 28 países que configuran la Unión Europea se calcula que aproximadamente 122 millones de personas viven en riesgo de exclusión social. Para entender este término debe tenerse en cuenta que en el cómputo se incluyen aquellos individuos que por su pobreza o falta de competencias básicas carecen de oportunidades de aprendizaje y tienen muy limitadas las oportunidades de empleo, limitándose así sus posibilidades para tomar decisiones sobre su vida o la vida social.

La cifra es impactante, toda vez que estamos contemplando 28 países de una de las zonas del mundo de mayor desarrollo humano. Bien es cierto que existen diferencias sustanciales entre los países europeos. Una vez más, según se deduce del Cuadro 2,  puede comprobarse la distancia existente entre los países nórdicos y los mediterráneos. Ahora bien, las estadísticas nos muestran que en la Europa de hoy millones de personas viven en condiciones de marginalidad. Bien es cierto que un pobre de hoy no es comparable al pobre de hace tres siglos pues en la medición de la pobreza se tiene en cuenta el nivel medio de ingresos de la población, pero por no adentrarnos en el terreno técnico, la conclusión sigue siendo nítida: los logros de la sociedad europea no alcanzan a una franja importante de su población.


Cuadro 2.-Población en riesgo de pobreza. 2014



País

%

País

%

Dinamarca

17,9

Reino Unido

24,1

Finlandia

17,3

España

29,2

Suecia

16,9

Grecia

36,1

Alemania

20,6

Italia

28,3

Francia

18,5

Portugal

27,5


Fuente: Eurostat.

 
Georges de La Tour nos ofrece tres fantásticos cuadros que configuran un retablo ilustrativo del mundo de los pícaros.

 
La buenaventura.
La búsqueda de las ganancias mediante el robo y el engaño queda muy ilustrada tanto en La buenaventura como en el Tramposo del as de tréboles (existe también la versión del tramposo del as de diamantes, ligeramente diferente aunque con idénticos personajes). Si en un caso una mujer entretiene a un joven con la excusa de leerle la mano mientras unas mujeres le roban, en los otros dos el pintor dejó constancia de las trampas en el juego como mecanismo de obtención de beneficios. Nada hay nuevo bajo el firmamento; los procedimientos ilegales parecen consustanciales al ser humano en la búsqueda de riqueza.
 
El tramposo del as de tréboles.
Las anteriores pinturas llevaron mis pensamientos a la actualidad de la corrupción. Aunque no es sencillo definir y medir el fenómeno, existe unanimidad para afirmar que la corrupción quiebra el orden instituido, erosiona los valores sociales y transfiere riqueza pública hacia individuos privados, generando una ineficiente asignación de los recursos económicos. En definitiva, la corrupción no solo es moralmente reprobable, sino que provoca daños sustanciales en la economía del país al frenar el crecimiento económico. Los pagos irregulares y los sobornos originan un efecto perverso sobre las decisiones de inversión, toda vez que esos recursos no se destinan en su totalidad al proyecto inversor sino al pago de rentas sin efectos subsiguientes en la creación de empleo.

La corrupción es una práctica extendida en la mayoría de los países del mundo, aunque más intensa en las naciones de menor desarrollo.  La ONG Transparency International publica desde los años noventa el denominado “Índice de Percepción de la Corrupción” que orienta sobre las prácticas corruptas en cada país, aproximándose a éstas mediante un valor que va desde 0 (máxima corrupción) hasta 100 (nula corrupción), facilitándose así su ordenación y las comparaciones internacionales. Según se deduce del Cuadro 3, en el ámbito europeo existen comportamientos dispares en términos de corrupción. Mientras en los países mediterráneos las prácticas corruptas están muy extendidas, en los nórdicos son casi inexistentes. Por lo tanto, se pone de manifiesto la estrecha relación entre corrupción y pobreza. A mayor nivel de corrupción en un país, mayor es el tamaño de la población en riesgo de pobreza.

 Cuadro 3.- Medición de la corrupción. 2015


País

Valor IPC

Puesto

País

Valor IPC

Puesto

Dinamarca

91

1

Reino Unido

81

10

Finlandia

90

1

España

58

36

Suecia

89

3

Grecia

46

58

Alemania

81

10

Italia

44

61

Francia

70

23

Portugal

63

28


IPC = Índice de Percepción de la Corrupción.
Puesto → Se refiere a la posición obtenida por el país en el conjunto de 168 países evaluados.


La obra de George de La Tour se convierte en testigo de la realidad social de su época, pero su contemplación, tres siglos después, nos ayuda a reflexionar sobre la situación de hoy. El placer estético tiene un importante complemento: abrir nuestro pensamiento hacia los problemas que nos rodean. ¡Ah, la grandeza del arte!